Trascender

sábado, 11 de enero de 2020

EN LA DISTANCIA



EN LA DISTANCIA












Cómo estás?
Si estuvieras aquí,
creo que tu preocupación de madre,
seguiría como siempre,
cómo cuando tú te expresabas
con todos nosotros.

Casi nada ha cambiado,
hasta tu rutina comerciante
todavía se mantiene.

Todos seguimos tus pasos
unos más fieles, otros menos,
Las reuniones familiares;
Aún cuando en nueva casa
con algunos altibajos,
todavía se producen.
En la política como tantas veces repetías,
Nadie se muere por nadie.

Y novedades…
siempre las ha habido y como siempre,
se ha tratado de enmendarlas.

Tus expresiones peculiares
todavía están en nuestras bocas,
y tus consejos:
Aún se encuentran activados.

Como ves…
Parecería que todo está igual,
 Hasta el frío matinal
sigue calando en nuestros huesos,
Y nuestros pensamientos de siempre,
aún te tienen presente.

A la Mami Rosa Cano.

En Tulcán.      
24—09—96, 9:30 h.

ÁLVARO



Elixir




Elixir


Como nutre el agua,
como nutre la mirada.

El apearse en el camino,
es un gesto de amor para los hijos.

Un ofrecimiento;
nos embeleza con lo exótico del gesto.

La decisión,
nos pone a todos en la disyuntiva.

Todos andamos en la misma magia,
No hay insistencia.
En la trampa,
cada uno de nosotros cae como ingenuo.

¿Qué contendrá cada pócima?
¿De qué néctares y extractos
estará compuesto el manjar?

Mientras,
en perspectiva he observado lo que pasa;
el vendedor de aguas frescas de ilusiones,
se ha desplazado en el espacio con su arte,
sin inhibirse y sin decirnos nada.

 Álvaro Fierro Cevallos

31-03-2003

Llegada al mar

ALPACAS en su Mundo


Llegada al mar

Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Y he vuelto. Quiebro con mis piernas
tu serena cristalería.
Es como ahondar en los principios,
como embriagarse con la vida,
como sentir crecer muy hondo
un árbol de hojas amarillas
y enloquecer con el sabor
de sus frutas más encendidas.
Como sentirse con las manos
en flor, palpando la alegría.
Como escuchar el grave acorde
de la resaca y de la brisa.

Cuando salí de ti, a mí mismo
me prometí que volvería.
Era en otoño, y en otoño
llego, otra vez, a tus orillas.
( De entre tus ondas el otoño
nace más bello cada día. )

Y ahora que yo pensaba en ti
constantemente, que creía…

( Las montañas que te rodean
tienen hogueras encendidas.)

Y ahora que yo quería hablarte,
saturarme de tu alegría…

( Eres un pájaro de niebla
que picotea mis mejillas. )

Y ahora que yo quería darte
toda mi sangre, que quería…

(Qué bello, mar, morir en ti
cuando no pueda con mi vida.)

José Hierro

Epitafio para una muchacha




Jornada Preventiva Casa del Portal - Ambato

Epitafio para una muchacha

Porque te fue negado el tiempo de la dicha
tu corazón descansa tan ajeno a las rosas.
Tu sangre y carne fueron tu vestido más rico
y la tierra no supo lo firme de tu paso.
Aquí empieza tu siembra y acaba juntamente
-tal se entierra a un vencido al final del combate-,
donde el agua en noviembre calará tu ternura
y el ladrido de un perro tenga voz de presagio.
Quieta tu vida toda al tacto de la muerte,
que a las semillas puede y cercena los brotes,
te quedaste en capullo sin abrir, y ya nunca
sabrás el estallido floral de primavera.
María Victoria Atencia